Las principales dos visiones tienen la principal diferencia en
poner el foco en la funcionalidad o en la jerarquía. Es decir, si se trata de
una cuestión de autoridad con respecto a un grupo o en si para que el resto de
las tareas se lleven a cabo se necesita previamente su trabajo.
Ser el jefe de una empresa
puede, principalmente, refugiarse en dos visiones. La principal diferencia de
estas dos visiones dependerá de dónde se pone el foco, si en la funcionalidad o
en la jerarquía.
Es decir, por un lado, la visión referente a la funcionalidad,
donde el jefe lo es denotando autoridad con respecto a un grupo, encomendándole
unas determinadas y específicas funciones. O por otro lado, la visión referente
a la jerarquía, donde el jefe tiene que elaborar determinada actividad previa
para que el resto de tareas también puedan llevarse a cabo posteriormente.
ERRORES COMUNES QUE COMETEN LOS JEFES
No conocer los problemas
de sus trabajadores
Es habitual que algunos directivos hayan llegado a sus puestos
sin pasar previamente por realizar las tareas que hacen cada día sus
trabajadores. Ese desconocimiento provoca siempre una mala dirección. El
esfuerzo que conlleva una tarea, la cantidad de tiempo, la preferencia de tu
equipo por unas tareas u otras sólo puedes conocerlas si las has ejecutado en
algún momento, o si al menos tienes un conocimiento amplio sobre dicha tarea.
Uno de los principales errores a la hora de dirigir es no hacer
el esfuerzo de conocer el trabajo de tu equipo. Si sólo diriges desde tu
perspectiva de su puesto de trabajo, nunca vas a ser un buen líder, pues no
conoces su mundo, sus dificultades, su percepción de su puesto y de su
valoración de sus tareas y de su importancia en la empresa.
Cómo prevenir este error:
· Un buen líder debe haber conocido los puestos a los que dirige.
· Hacer un buen análisis del puesto de trabajo con las tareas,
condiciones, dificultades y perfiles de los puestos a los que diriges.
· Entrevistarse periódicamente con tu equipo para conocer
sensaciones, mejoras y dificultades con la intención de la mejora constante del
funcionamiento del equipo.
No saber motivar
En algunos sectores donde se necesita un conocimiento técnico
muy elevado, se decide quien lidera un grupo por su capacidad técnica. El que
más conoce de un determinado tema. Eso se convertirá en un problema, porque las
personas no solo necesitan una motivación técnica para ver a alguien como
una autoridad sino también una motivación emocional y personal.
Un buen jefe debe tener la
capacidad de conseguir compromisos de esfuerzo, de sacrificio, de creatividad,
de respeto y de energía por parte de su equipo. Si tienes un perfil muy técnico
y esa ha sido tu forma de convertirte en jefe tienes que recordar que tu
desarrollo profesional no acaba con la parte técnica.
Cómo prevenir este error:
· Elegir líderes por su componente personal y no técnico. Si por
ejemplo promocionas al que más vende, puedes estar perdiendo un buen vendedor y
adquiriendo un mal director.
· Que él jefe pase tiempo con su equipo para poder conocer los
matices personales y encontrar que motiva a cada uno de ellos. La motivación
1+1.
· Formar en liderazgo a los perfiles técnicos que deban ocupar
puestos de responsabilidad.
· Se consciente de las fortalezas que el trabajador tiene,
nómbraselas y coméntale cómo podría mejorar.
· Pregúntales a los propios trabajadores sobre los problemas que
ven en sus tareas o en los resultados e incentiva que piensen en soluciones.
Ser agresivo o huir
del conflicto?
Ser jefe no tiene porque ser sencillo o un paseo en barca. De
hecho asumir un compromiso con liderar es también asumir la certeza de que voy
a vivir momentos incómodos, tensos y difíciles. Porque ser jefe es ser motor de
cambio. Cambio en la manera de hacer las cosas, corregir conductas poco
eficientes, dar pasos estratégicos distintos y mucho más.
Si mi manera de proponer cambios es desde la agresividad, o mi
manera de corregir es agresiva el cambio no se va a consolidar porque mi equipo
no se va a sentir motivado para ello. Si por el contrario no me siento cómodo
en el conflicto y la tensión y lo evito, soy un mal jefe, pues tengo la
obligación de generar esas mejoras y cambios. A ese punto intermedio se le
llama asertividad.
Cómo prevenir este error:
· Cambiando el paradigma de la comunicación. La tensión de dos
opiniones contrarias, la incomodidad es algo positivo para ti y para tu equipo.
Eso sí, desde la empatía y la valoración por el otro.
· Preparando los mensajes importantes que quiera comunicar con tiempo
y de manera estratégica usando esta fórmula.
No delegar
Muchas veces por el simple hecho de ser jefes asumimos muchas,
por no decir todas las responsabilidades de nuestra empresa. Nos cargamos todo
a la espalda, llenamos nuestra mochila de tareas, y tareas, y más tareas. Esa
mochila se llena de las antiguas y de las nuevas.
Uno de los problemas de esto es que la calidad disminuye, otro
problema es que por efecto «bola de nieve» las taras de cada actividad se van
juntando y terminan convirtiéndose en un problema mayor, otro problema es la
misma ansiedad que nos genera ser responsables de todas esas tareas,
proyectando en muchas ocasiones esos estados negativos en el resto del equipo.
La falta de delegar muchas veces nace de la falta de confianza
en nuestro equipo. Si conocemos nuestro equipo, así como sus capacidades,
nos será más fácil delegar. Esta acción además ayuda a que cada
trabajador se comprometa con sus labores se responsabilice de ellas y que se
sienta motivado a hora de optimizar los resultados.
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